Alojamientos para estancias largas en Cuevita

Fue una experiencia maravillosa, tan valentina; como carlos son personas muy amables y atentas, 100% recomendable, el lugar es magico y vale la pena volver, sin duda alguna ha sido la mejor de las elecciones

¡Lugar paradisíaco! La cabaña está situada en una playa solitaria, justo entre la selva y el mar. El lugar perfecto para relajarse y no hacer nada. En barco o a pie hay algunas atracciones que se pueden ver, por ejemplo, La Cascada de Amor, 4 Encantos, Termales, un tour fluvial en Jobi. Al planificar el presupuesto, se deben tener en cuenta los costes de transporte superiores a la media en Nuqui. Josh y Gita fueron muy serviciales y nos ayudaron a organizar nuestras excursiones, lo cual era esencial en este lugar aislado, cuya accesibilidad está determinada por las mareas. Las camas eran increíblemente cómodas, por la noche el sonido de las olas puede ser fuerte cuando hay marea alta. La comida de Gloria, la cocinera, era deliciosa, ¡lo mejor de Colombia para nosotros! También estaba dispuesta a atender nuestros deseos, por lo que también pudimos probar el tapado (desayuno chocoano) o los panqueques de plátano. Muy recomendable si se busca la soledad.

La cabaña de Candelaria fue perfecta para nuestra estadía de 3 noches en Arusí. Cómoda, cálida y con todo lo necesario para usarla como refugio. Es sencilla pero bien construida, rodeada de naturaleza, el ruido del mar y de la selva. Disfrutamos de nuestras lecturas en las hamacas en la terraza y los desayunos que preparábamos al aire libre. La cabaña está a pasos de la playa y muy cerca del pueblo para abastecerse de comida, pan, o encontrar un lugar para almorzar o cenar. Candelaria coordinó todo con la gente local para recibirnos y nos entregó los datos necesarios para tours, transporte y comida. Excelente host, siempre muy atenta. Lo mismo la gente de Arusí, a quienes ya extrañamos. Gracias. Katja y Emilio

¡Increíble expieriencia! Ideal para aquellas personas amantes de la naturaleza y de un turismo ecológico y menos masivo. Nuquí es un lugar increíble, con playas salvajes, selva, animales, y una cultura local preciosa. Catalina fue encantadora y nos atendió y ayudó en todo momento con la logística de la llegada y con las actividades que hacer. La cabaña es muy acogedora y cómoda (cuenta con todo lo necesario y una mosquitera que protege bien de los mosquitos) y está a solo unos metros de la playa con una entrada privada. Desde la cabaña se escuchan los ruidos de los pájaros y la selva. Perfecto para relajarse. Súper recomendable los desayunos y cenas que Cocina Catalina. Tomamos un ceviche de atún fresco delicioso. ¡Volveremos seguro!